Los nuevos riesgos laborales en los “empleos verdes”

Para que los nuevos empleos sean verdaderamente sostenibles tenemos que asegurarnos de que las condiciones son las adecuadas

Desde hace un tiempo nos estamos enfrentando a un nuevo paradigma, a un cambio esencial en nuestra forma de producir y consumir. La mayor parte de los dirigentes políticos y empresariales de los países industrializados han tomado conciencia de que debemos cuidar nuestro planeta y aprovechar de forma racional los recursos naturales.

En el año 2015 surgen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una iniciativa impulsada por la ONU con 17 objetivos y 169 metas sobre cambio climático, desigualdad económica, innovación y consumo sostenible, entre otros asuntos.

Esta iniciativa viene a reforzar una corriente que había surgido años antes para concienciar a las empresas de que había que producir y crear riqueza de una forma que tuviese un menor impacto ecológico sobre nuestro planeta.  

Esta corriente se plasma en diversas acciones:  reducción de las emisiones de CO2 para plantarle cara al cambio climático, así como una serie de medidas asociadas que implican un drástico cambio en nuestra manera de producir y de consumir. A este cuidado por reducir nuestra huella de carbono se le une el propósito de impulsar cada vez más una economía circular; es decir, una economía en la que se haga una óptima gestión de los residuos, de reutilización y reciclado de los materiales para aprovecharlos en nuevos usos, así como el fomento por el uso de las energías renovables en sustitución de las fuentes de energía más tradicionales.

El 50% de la fuerza laboral está ya involucrada en «empleos verdes»

Para ilustrar la dimensión de este cambio de tendencia podemos echar mano de un dato muy elocuente: de acuerdo con la OIT, al menos el 50% de la fuerza de trabajo a nivel global en empleos fijos en todo el mundo–que representa a unos 1.500 millones de personas- está involucrada de una u otra forma en la transición hacia una economía más sostenible y responsable.

Uno de los factores a considerar es el previsible aumento de población en las próximas décadas. Según las proyecciones presentadas por la ONU, nuestro planeta llegará a los 8.500 millones de habitantes en el año 2030, a 9.700 millones en 2050 y a 11.200 en 2100, debido fundamentalmente al incremento de población en los países menos desarrollados, o en vías de desarrollo.

Un dato: en el año 2013 consumimos y produjimos 1,7 veces más recursos y residuos de lo que la biosfera podía regenerar y absorber. La Tierra tarda 18 meses en regenerar lo que la humanidad consume en un año

En este nuevo escenario, los empleos llamados “verdes” son una pieza clave para avanzar en esta nueva dirección. ¿Y qué entendemos por empleos verdes? Pues los que se generan como resultado de la aparición de nuevos sectores en esta nueva economía, así como los empleos de sectores tradicionales que adoptan prácticas sostenibles y requieren la incorporación de profesionales formados en estas nuevas áreas de gestión: prevención de la contaminación, protección medioambiental, sistemas de embalajes, modelos de ahorros de energía, movilidad, ciudades inteligentes, etc.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define así a estos nuevos puestos de trabajo: “los empleos verdes son todos los que contribuyen de forma activa a reducir el consumo de energía y materias primas, a limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, a reducir al mínimo los desechos y la contaminación, así como a proteger y restaurar los ecosistemas ayudando a que las empresas y las comunidades se adapten al cambio climático.

Fuente y gráfico: OIT

Pero para que estos empleos sean verdaderamente sostenibles tendremos que cerciorarnos de que ofrezcan unas condiciones de trabajo seguras, saludables y dignas. Los puestos de trabajo «verdes» tienen que ser buenos para los trabajadores y, asimismo, para el medio ambiente.

Nos enfrentamos a nuevos riesgos laborales hasta ahora desconocidos

Este es el nuevo escenario ya por todos conocido y cuyo avance es imparable. Si bien los beneficios mencionados de tener un planeta más limpio, de mejorar la eficiencia energética, de reciclar material sin necesidad de manufacturar más, no se le escapan a nadie y de hecho la inmensa mayoría de las empresas operan bajo esos nuevos parámetros, “no es oro todo lo que reluce”; este cambio va a dar lugar a la presencia de nuevas sustancias y a la adopción de nuevos procesos y tecnologías que también implican ciertos riesgos para la salud laboral hasta ahora desconocidos.

En otras palabras, pese a que los beneficios superen con mucho a las posibles desventajas, la salud laboral de esta nueva “hornada” de trabajadores no va a estar exenta de ciertos riesgos que debemos considerar y analizar. En términos generales, esta nueva economía circular puede poner en riesgo la prevención de los riesgos laborales asociados a los nuevos empleos verdes, ya que se puede poner de manifiesto un problema de falta de cualificación profesional en ciertos sectores ante la masiva oferta de empleos en estos nuevos nichos económicos. Las tecnologías o los procesos de trabajo de nueva aparición pueden generar nuevos riesgos que exigen disponer de nuevos perfiles de cualificaciones para afrontarlos: no es posible trasladar a éstos los «viejos» conocimientos en materia de seguridad y salud en el trabajo. 

La instalación de una placa fotovoltaica para generar energía en una vivienda, por ejemplo, exige la combinación de los conocimientos y experiencia de un fontanero, un electricista y un experto en tecnología solar. Esto nos lleva a la conclusión de que va a ser necesaria una multicualificación para el desempeño de muchas actividades asociadas a los “empleos verdes”.

Y si la instalación de esos paneles fotovoltaicos se realiza en una zona industrial o en un área muy amplia en la que se habilitan cientos de estos dispositivos para generar energía en grandes cantidades, el trabajo de los operarios puede ocasionar dificultades para vigilar que se cumplen los criterios de seguridad y salud laboral en los “centros de trabajo desplazados”. Además, en este tipo de trabajos se utilizan habitualmente sustancias peligrosas como disolventes, pinturas, adhesivos, resinas, etc., lo que puede hacer que aumente el número de trabajadores expuestos a las mismas.

La descentralización y la robotización, elementos a tener en cuenta en la PRL

Por otro lado, la descentralización implica la subcontratación de muchos de los procesos de trabajo, ya sea con otras empresas menores, o con trabajadores autónomos.  A nadie se le escapa que los procesos que se suelen subcontratar son lógicamente los que implican más riesgos para la salud, dando lugar de este modo al fenómeno llamado “subcontratación del riesgo”.

Otro importante riesgo a tener en cuenta en el marco de este avance es que el incremento de la automatización y robotización también será un factor común a muchos empleos verdes. El incremento de la complejidad y del uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la fabricación automatizada puede hacer que muchos trabajadores se vean expuestos a riesgos psicosociales.

Este vertiginoso crecimiento de la economía verde puede tener como consecuencia el que trabajadores sin experiencia participen en procesos para los que no hayan recibido formación específica, lo cual pondría en peligro su seguridad y su salud. Los trabajadores con menor cualificación se verían obligados a aceptar condiciones económicas menos ventajosas. A esto hay que sumarle que la presión económica y política podría provocar que se pasen por alto las cuestiones de salud y seguridad en el trabajo.

En resumen, este nuevo paradigma con vocación de crear una economía que tenga como resultado un planeta más verde implica un proceso estructural que entraña, como es lógico, ciertos cambios: culturales y sociales,  de procedimientos y metodologías, económicos y laborales y, consecuentemente,  de seguridad para los trabajadores. Y quienes trabajamos en el sector de la prevención de riesgos laborales debemos estar atentos a estos cambios para que la seguridad de nuestros trabajadores esté siempre garantizada.

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