Actualidad Nalanda
La gestión de residuos es el proceso por el que una empresa se hace responsable de los desechos que genera. Este concepto acoge bajo su paraguas un abanico cada vez más amplio de tecnologías y operativas, que van desde el envío eficiente de los desechos hasta el potencial de su conversión energética y la mejora de las tasas de reciclaje.
Los residuos son aquellos materiales que surgen de toda actividad empresarial. Estos desechos pueden poner en jaque la productividad de una compañía si no reciben un tratamiento acorde. Y, al mismo tiempo, ser un lastre para su cadena de suministro, operaciones y responsabilidad social corporativa (RSC).
Actualmente existen cuatro grandes tipos de residuos en función de su naturaleza, que determina la gestión que debe acompañar el correcto procesamiento de los desechos.
Los residuos sólidos urbanos son aquellos que nacen en los hogares, como envases y productos de limpieza. Su gestión abarca desde su correspondiente recogida hasta su separación, tratamiento, reciclaje y depósito. También existen los desechos peligrosos, que son aquellos con propiedades cancerígenas e inflamables, y requieren de tratamientos químicos específicos.
Por otro lado, están los residuos sanitarios cuya manipulación conlleva un alto riesgo biológico a tener en cuenta, y los desechos de naturaleza industrial que deben recibir un tratamiento específico de diversa índole: física, química, biológica o térmica.
La gestión de residuos está cada vez más presente en la agenda de gobiernos y empresas por varios motivos. En primer lugar, para cumplir con una normativa enfocada cada vez más en los últimos años a la máxima de “quien contamina paga”.
En 1996, la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) publicó una serie de directrices bajo el nombre de norma ISO-14001 en materia de gestión ambiental. En ella concretaba los requisitos necesarios para que una empresa obtenga la certificación del Sistema Gestión Ambiental.
En España la normativa ha evolucionado, con textos como la Ley 22/2011 del 28 de julio y, más recientemente, con la Ley 7/2022 del 8 de abril sobre residuos y suelos contaminados para una economía circular. Su objetivo es poner los cimientos de una sociedad del reciclado y contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Más allá de hacer los deberes y cumplir con la ley, los criterios ESG (Enviromental, Social and Governance) y la concienciación en materia de RSC han ganado también un mayor protagonismo en el seno de las empresas con el paso de los años.
Cada vez hay más compañías que cuentan con una estrategia ambiental para proyectar una imagen de transparencia y que se erigen como luchadoras contra el cambio climático. Entre los beneficios de una buena gestión ambiental destacan también la eliminación de costes ante posibles sanciones por incumplimiento legal, el ahorro económico gracias al control de consumos y fugas, y una mayor gestión sobre las actividades y su huella medioambiental.
La cadena de valor o suministro de una compañía puede englobar una serie de fases que van desde la logística de entrada hasta las operativas, la logística de salida, comercialización y servicio de atención al cliente.
Cada una de estas etapas puede dar lugar a una serie de desechos entre los que se pueden incluir también los generados por los propios proveedores de la empresa. Ahora bien, el proceso de comprobar y verificar que todos cumplen con los estándares se puede convertir en una gestión especialmente ardua, salvo si se cuenta con las herramientas adecuadas.
La tecnología se ha desmarcado en los últimos años como uno de los grandes adalides a la hora de ayudar a las empresas a controlar y mejorar la gestión de sus residuos y la de sus proveedores. Esta innovación se manifiesta en plataformas como la de Homologación de Proveedores de Nalanda, que permite verificar que los participantes en sus cadenas de valor cumplen en aspectos relacionados con la de calidad, el respeto al medioambiente, normativas jurídicas, ética y otros criterios sociales y económicos.
Nalanda y su amplia experiencia corroboran que la gestión de residuos es una de las principales preocupaciones de las compañías, que tienden a orbitar en torno a tres aspectos. En primer lugar, la generación de desechos y sus posibles perjuicios medioambientales. Después, destacan el reciclaje de residuos y su potencial aprovechamiento energético y, por último, la posibilidad de crear y aplicar planes de prevención reforzados sobre los riesgos para la seguridad y salud que genera la exposición prolongada de sus trabajadores a los residuos y la mala gestión de estos.
En este ámbito, Nalanda te ayudará a conseguir proveedores concienciados con la gestión de residuos y comprometidos con el cumplimiento medioambiental.
¡Echa un vistazo al último informe que hemos publicado dedicado a la gestión de residuos
y a las claves para conseguir proveedores que cumplan la nueva Ley 7/2022!
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– Manuscrito Universidad de Nalanda – S.XI
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