Procedimientos formales del Compliance

El Compliance como brújula de nuestro negocio:

¿Sabías que una gestión transparente y honesta de tu negocio puede potenciarlo hasta límites insospechados? Pues sí, el compromiso por el buen hacer y la jerarquización de los riesgos administrativos y penales en las empresas es un arma que podemos utilizar muy a nuestro favor. 

Este modelo de gestión se conoce como compliance,  y es un término con el que deberías familiarizarte, sobre todo si eres responsable o gerente en una empresa. 

Cuando hablamos de una empresa de grandes dimensiones, es necesaria la existencia de un departamento especializado que evalúe y protocolarice todas las gestiones realizadas por la entidad. 

Dentro de estos protocolos de tratamiento de la información y actividad empresarial, existen una serie de procedimientos formales a cumplir. Aunque no son de obligado cumplimiento, son altamente recomendables para todos los procesos contractuales. Especialmente para aquellos derivados de la gestión de empresas públicas.

Procedimientos formales recomendados

1. Auditoría

El proceso de auditar una empresa consiste, principalmente, en investigar a fondo su actividad económica y comprobar la aplicación del reglamento vigente, con el fin de detectar anomalías y prevenir riesgos relacionados con la mala gestión, que podrían afectar a la empresa a nivel económico, social e interno. 

2. Responsabilidad corporativa

Ésta habla de la relación entre la empresa y todo el entorno potencial. Desde los clientes, competencia, empresas colaboradoras, proveedores y medioambiente, hasta la sociedad en general.

La responsabilidad corporativa explica los deberes de cada organización para con las influencias que pueden ejercer a todo lo que las rodea. Para una correcta gestión de Compliance, es imprescindible formalizar una consciencia empresarial sobre el modelo de negocio y valores que se van a difundir, y analizar si son políticamente responsables. 

3. Ética

Debemos diferenciar entre la ética y la legalidad. Mientras que la legalidad es un término de estricto cumplimiento y sin lugar a valoraciones personales, la ética es un espectro que habita en el imaginario social y en las percepciones y valores personales de cada individuo. 

Por tanto, es una de las partes más importantes de todo proceso formal en el Compliance, y está relacionada con la responsabilidad corporativa en la medida en que establece por válidos ciertos valores, a riesgo de que sean interpretados y aplicados por un público potencial. Proceder de forma ética es una manera de aceptar nuestro compromiso con la sociedad. 

4. Fraude

Es lo que ocurre cuando parte del trabajo se lleva a cabo de forma incorrecta, bien por cuestiones de omisión o bien de forma intencionada. El fraude no puede formar parte de la dinámica de una empresa con una declaración de valores establecida, por lo que tiene que ser evitado a toda costa.

5. Riesgo

Todas las empresas asumen riesgos durante su comienzo o en el transcurso de la propia actividad, pero estos se intensifican si no se presta atención al desarrollo de planes estratégicos orientados a prevenirlos o minimizarlos.

6. Transparencia

Debe ser básica en toda empresa que quiera ofrecer una gestión impoluta. La transparencia debe estar promovida a través de portales y vías de comunicación permanentemente abiertas, además de información pública al alcance de todos los interesados.

Cuanta más información se intercambie, a menos cuestionamientos y objeciones se enfrentará la empresa. Además, aumentará exponencialmente la confianza del consumidor del producto o servicio ofrecido. 


Como puedes observar, los procedimientos formales del Compliance son un entresijo de complejas actividades que determinan el nivel de compromiso de una empresa con la integridad. Algunas, son normas no escritas de obligado cumplimiento moral, que garantizan el buen hacer de toda actividad, y como empresarios, su aplicación, sea cual se nuestro campo de trabajo, es necesaria.