Actualidad Nalanda
En la búsqueda de estrategias para ser más sostenibles, muchas empresas se enfrentan a la interrogante de cómo evitar el greenwashing. Esta es una práctica que consiste en hacer creer que una organización es más ecológica o respetuosa con el medio ambiente de lo que realmente es. Una realidad en la que muchas compañías caen.
Este fenómeno, también conocido como «lavado verde«, se ha convertido en un problema significativo. Una encuesta realizada a 1.491 ejecutivos de 16 países del mundo por encargo de Google Cloud reveló en el año 2022 que el 58% de los directivos globales admitieron que exageraba sus esfuerzos sostenibles. Esta cifra en España ascendía en ese momento al 72%.
El greenwashing es una táctica engañosa que daña la reputación de una empresa, puede resultar en sanciones legales y económicas, y desvía recursos de iniciativas sostenibles genuinas. Según datos recientes, el 42% de las afirmaciones de sostenibilidad hechas por empresas en canales digitales son exageradas, falsas o engañosas.
Evitar la ecoimpostura es fundamental no solo para mantener la confianza de los consumidores -uno de los activos más valiosos de una organización- y la reputación de la empresa, sino también para contribuir de manera real al bienestar del planeta y de la sociedad. Esta mala praxis impide el avance hacia soluciones reales.
A nivel legislativo, normativas como la Directiva de Diligencia Debida en materia de Sostenibilidad Corporativa (CSDDD), aprobada este año, son claves para evitar el greenwashing. La nueva norma obliga a las empresas a operar con responsabilidad ambiental en la Unión Europea. Se trata de una ambiciosa regulación que se aplicará de manera gradual hasta 2028 y que tendrá impacto tanto en grandes empresas, como medianas y pequeñas empresas. Y es que, estas últimas se verán afectadas en la medida en la que formen parte de la cadena de suministro de empresas contratistas.
Contar con un buen gobierno corporativo enfocado en cumplir los criterios ESG es imprescindible a la hora de responder a cómo evitar el greenwashing. La transparencia en las prácticas empresariales permite que todos los grupos de interés, como clientes e inversores, evalúen la autenticidad de las acciones ambientales de una empresa. Las empresas que lideran en este ámbito no solo cumplen con las leyes, sino que también adoptan políticas proactivas para ser transparentes y responsables.
Es a través del buen gobierno que las compañías pueden poner la sostenibilidad en el centro de su actividad o de su negocio. Para ello, establecer códigos de conducta claros, realizar auditorías periódicas y garantizar que todas las afirmaciones sobre sostenibilidad estén respaldadas por evidencia verificable son pasos esenciales. Estos mecanismos no solo ayudan a evitar el greenwashing, sino que también fortalecen la confianza y la relación con los stakeholders o grupos de interés.
¿Cómo evitar el greenwashing en tus potenciales proveedores? Aquí te dejamos los pasos que debes seguir para poder detectar cualquier tipo de blanqueo ecológico en tus subcontratas.
Como decíamos, en respuesta a esta problemática del greenwashing, la Unión Europea ha dado un paso firme con la Directiva CSDDD. Esta normativa busca ir más allá de regular las declaraciones ambientales, estableciendo un marco integral para que las empresas sean responsables de sus impactos ambientales y sociales en toda su cadena de valor (cadena de suministro).
A partir de su entrada en vigor en julio de 2024, las empresas deben implementar procesos que aseguren el respeto a los derechos humanos y al medio ambiente a través de:
Las empresas que incumplan la normativa se enfrentarán a sanciones legales y económicas significativas, incluyendo multas proporcionales a su volumen de negocio y posibles responsabilidades civiles. Sin embargo, la directiva también ofrece una oportunidad única: alinear sus prácticas con esta regulación puede fortalecer su reputación, mejorar su resiliencia y asegurar una ventaja competitiva en el mercado.
Con la implementación de la CSDDD, el enfoque cambia de una narrativa superficial a acciones verificables y transparentes. Las empresas tienen ahora la posibilidad de liderar con responsabilidad, demostrando que la sostenibilidad no es solo una estrategia de marketing, sino un compromiso ético y real con el planeta y la sociedad.
Las plataformas de Nalanda te permiten auditar y validar cada paso de tu cadena de suministro, asegurando la autenticidad de las prácticas sostenibles. Además, al formar parte de nuestra comunidad, podrás compartir mejores prácticas y colaborar en la búsqueda de soluciones sostenibles.
Recuerda que la sostenibilidad no depende solo de tus acciones, sino también de las de tus proveedores.
Con herramientas como la Plataforma CAE, la Homologación de Proveedores y el Software PRL/SST, Nalanda te ayuda a garantizar que tu compromiso con la sostenibilidad sea genuino y eficaz en todos los niveles de tu empresa. Además, gracias a nuestra alineación con Once For All ya anunciada, incorporaremos soluciones específicas durante el próximo año.
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– Manuscrito Universidad de Nalanda – S.XI
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