Actualidad Nalanda
¿Qué es un recinto confinado…? Y no estamos hablando de pandemias
Confinamiento, confinado…, son términos que manejamos hoy día con total soltura por culpa de la dichosa pandemia y raro es que estas palabras no salgan a colación en cualquier conversación informal, algo impensable hace año y pico.
Pero también se denominan confinados a una serie de lugares de trabajo que podríamos definir como espacios cerrados, en los que existe un cierto riesgo de que se produzcan accidentes y cuyo acceso es difícil en el caso de que queramos auxiliar a los accidentados.
Un recinto confinado es un espacio cuyos accesos de entrada y salida son limitados o angostos, no disponen de una buena ventilación natural y en los que por la naturaleza del trabajo que se realiza en su interior pueden acumularse diversos tipos de contaminantes tóxicos o inflamables, o bien darse la circunstancia de que haya poco oxígeno.
Ninguno de estos lugares está diseñado para que el trabajador pase en él largos períodos de tiempo. Además de las limitaciones mencionadas, el riesgo de que el accidente sea fatal se incrementa por ser lugares pequeños donde la postura de trabajo es incómoda, la iluminación es deficiente y el rescate de un accidentado siempre es difícil.
Es evidente que los trabajos en este tipo de recintos confinados implican generalmente un mayor riesgo para el trabajador que aquellos que se desarrollan al aire libre o en oficinas, por lo que hay que extremar las precauciones para reforzar la seguridad y prevención de los trabajadores que desempeñan su labor allí.
Una característica propia de los accidentes en este tipo de espacios es la gravedad de sus consecuencias, tanto para la persona que realiza el trabajo, como para aquellos que tienen que rescatarle con urgencia. En muchos casos, estas labores de auxilio se realizan de forma precipitada y sin que haya tiempo para haber adoptado las mínimas medidas de seguridad.
Pese a que el índice de siniestralidad en este tipo de espacios es bajo, la mortalidad cuando estos accidentes se producen es bastante alta. De hecho, una de cada cuatro víctimas de accidentes en lugares confinados es el propio supervisor que baja a rescatar al trabajador en apuros. Esto hace aún más importante que, tanto trabajadores como supervisores, reciban la formación adecuada para estos supuestos.
Todos los años se producen numerosas víctimas mortales en este tipo de trabajos, siendo la principal razón el desconocimiento de los riesgos, la falta de formación y entrenamiento, unido todo ello a las peligrosas condiciones en las que se realizan.
Los riesgos en este tipo de ambientes son muchos. Podríamos distinguir entre riesgos generales y específicos. Los riesgos generales son aquellos que, con independencia del peligro de la atmósfera interior, se producen por un estado deficiente en las condiciones materiales del espacio como lugar de trabajo.
Estos riesgos generales pueden ser los considerados “mecánicos”: trabajadores que se quedan atrapados, dimensiones reducidas de acceso al lugar, electrocución por contacto con partes metálicas, caídas de objetos al interior del lugar mientras se está trabajando, etc.
También se considera un riesgo general una mala iluminación, ambientes extremos de frío o calor, así como el ruido y las vibraciones (martillos, rotativas, etc.) y los accidentes como resultado de una mala comunicación entre el exterior y el interior.
Pero también existen otro tipo de riesgos, más específicos, ocasionados por las condiciones especiales en las que se desarrolla un tipo de trabajo. Suelen estar causados por una atmósfera peligrosa y los más habituales son los riesgos por asfixia, incendio o explosión e intoxicación.
Los lugares más frecuentes donde se producen este tipo de accidentes, tanto generales como específicos, son las alcantarillas (por la cantidad de gente que entra en un espacio muy pequeño) y también, aunque en menor medida, los silos de cereales.
También entrañan mucho riesgo los contenedores de gasolina, de productos químicos, los tanques de combustible de un barco, las cubas metálicas de una bodega, etc., si bien este tipo de espacios están más controlados y la gente que entra a trabajar en ellos está más especializada y concienciada, por lo que aunque el riesgo es grande hay menos accidentes.
Efectivamente, cualquier tipo de medida orientada a la prevención en estos espacio puede salvar muchas vidas. Estas son algunas de las medidas que se deben tomar:
Esta autorización debe esta firmada por un responsable de producción y mantenimiento y sólo será valida para una jornada de trabajo. Es aconsejable que incluya un sistema de autorización de entrada a modo de check-list de puntos clave de la instalación. Las características generales de esta autorización vienen detalladas en la Nota Técnica de Prevención NTP-30 «Permisos de trabajos especiales«.
El control de los riesgos específicos por atmósferas peligrosas requiere que se realicen mediciones ambientales utilizando el instrumental adecuado. Estas mediciones deben realizarse antes de la realización de los trabajos y de forma continuada, mientras los trabajos estén en marcha. Las mediciones previas deben realizarse desde el exterior y desde una zona segura.
El porcentaje de oxígeno en un recinto confinado no debe ser inferior al 20,5%. Si no fuera posible mantener este nivel con aporte de aire fresco, se deberá realizar el trabajo con equipos respiratorios autónomos. Actualmente, los equipos de detección de atmósferas inflamables (exposímetros) suelen llevar incorporado sistemas de medición del nivel de oxígeno.
Cuando se realicen trabajos en el interior de espacios confinados hay que estar seguros de que éstos van a estar totalmente aislados y bloqueados frente a dos tipos de riesgos: el suministro energético intempestivo y el aporte de sustancias contaminantes por posibles pérdidas o fugas en las conducciones o tuberías que están conectadas al lugar de trabajo.
Además de tomar medidas preventivas ante ambos riesgos, es necesario señalizar con información clara y permanente que se están llevando a cabo trabajos en el interior de espacios confinados y que el desbloqueo de sus elementos solo puede ser realizado por la persona responsable y con útiles específicos (llaves o herramientas especiales).
La ventilación es una de las medidas preventivas más importantes cuando se trata de garantizar la inocuidad de la atmósfera interior, ya sea antes de la realización de los trabajos, como durante la ejecución de los mismos. El ambiente de trabajo requiere una renovación continuada. Por lo general, la ventilación natural no suele ser suficiente, por lo que hay que suplementarla con una ventilación forzada.
Es imprescindible que haya un control total de las operaciones desde el exterior. Especialmente, sobre el control de la atmósfera interior que garantice la posibilidad de un rescate, si fuera necesario. La persona que mantenga el control desde el exterior deberá estar instruida para mantener contacto continuo visual, o por cualquier otro medio, con el trabajador que se encuentra en el interior. Esta persona sería la responsable de actuar en caso de emergencia ante cualquier anomalía. El personal del interior deberá estar sujeto con cuerda de seguridad y arnés.
Dado el número de accidentes que se producen en recintos confinados por desconocimiento de la falta de riesgo, la formación de los trabajadores es esencial para conocer qué es un recinto confinado y a qué riesgos podría enfrentarse.
Para estos trabajos se seleccionará personal cualificado, en buena forma física y mental y, preferiblemente, menores de 50 años. Estos trabajadores pasarán por un período de formación e instrucción.
Es muy importante realizar prácticas y simulacros de forma regular de estas posibles situaciones de riesgo para que estén familiarizados con los protocolos de emergencia y rescate.
En circunstancias tan extremas de trabajo, la teoría no es suficiente. Hay que aplicar una dosis de práctica que garantice una rápida reacción por parte del personal cualificado ante cualquier eventualidad.
Así pues, ahora que hablamos tanto de confinamientos debemos recordar que aunque estemos recluidos en nuestro hogares y trabajando a distancia, existen otros lugares que también se llaman confinados en los que hay que extremar las precauciones si tenemos que desempeñar labores en ellos.
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– Manuscrito Universidad de Nalanda – S.XI
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