Los canales de denuncias se han convertido en una práctica común en las empresas de Estados Unidos para prevenir casos de fraude, corrupción o acoso en las dos últimas décadas.
Se trata de una herramienta que permite a los empleados de una organización informar sobre conductas sospechosas de manera confidencial. este tipo de denuncias anónimas, conocidas como «Whistelblowing» tienen, incluso, un incentivo económico.
Según la Asociación de Compliance del Mundo, la recompensa a denunciantes puede llegar a suponer un 30% de las sanciones que se imponen a las empresas que terminan siendo condenadas judicialmente.