Estos días en que una gran parte de España sufre las inclemencias meteorológicas propias de la estación, son un buen momento para reflexionar sobre cómo el frío y la nieve pueden dificultar la actividad laboral. Trabajar con esas condiciones requiere, además de un esfuerzo añadido, que el trabajador se exponga a riesgos físicos asociados a las condiciones climatológicas.
En circunstancias como las que estamos viviendo es necesario tomar todas las medidas de prevención laboral, tanto en la vestimenta como en los desplazamientos en nuestros vehículos para minimizar el riesgo de accidentes y evitar contratiempos de cualquier índole.
Planificación e indumentaria como herramientas preventivas
En el sector de la construcción es bastante común que los trabajadores realicen su tarea a la intemperie. Una buena planificación preventiva ante condiciones climatológicas adversas puede evitar daños y lesiones como consecuencia del frío y las nevadas.
La empresa, además de dar formación al trabajador, debe proporcionarle el equipamiento necesario para combatir las inclemencias en caso de temperaturas extremas (guantes, calzado adecuado, cascos, trajes especiales, etc.).
Pero también es importante en estos casos establecer unas buenas normas de tipo organizativo que pueden ayudar a reducir los riesgos y mejorar la productividad. Estas son algunas medidas que ayudarán a prevenir muchos problemas:
- Planificar los trabajos al aire libre teniendo en cuenta la previsión meteorológica, considerando factores como la temperatura, humedad, viento, precipitaciones, etc.
- Organizar los periodos de trabajo utilizando el sentido común: son preferibles las pausas largas y menos frecuentes, que las más cortas y repetidas.
- Cuando sea posible, alternar diferentes tareas que se puedan realizar a cubierto para reducir el tiempo de exposición a los elementos.
- Evitar un ritmo de trabajo alto que haga sudar profusamente, para evitar que la ropa se humedezca y genere enfriamientos.
- Cuando los trabajadores realicen tareas en solitario y aislados, se instalarán dispositivos “hombre muerto” (para mandar señales de alarma en caso de inmovilización prolongada).
- Evitar que los trabajadores tengan que mantener durante mucho tiempo posturas estáticas.
- Adaptar el trabajo a cada persona, teniendo en cuenta los factores individuales: características personales del trabajador, edad, sexo, estado de salud, fuerza física, etc.
- En el caso de trabajos prolongados al aire libre, establecer pausas para descansar, ingerir bebidas calientes y recuperar la temperatura en locales acondicionados.
Ante el frío y las inclemencias hay que usar la ropa adecuada
La selección de la ropa de trabajo adecuada, más allá de la que proporcione la empresa, es una decisión que debe sopesar el trabajador para estar protegido de las bajas temperaturas y de una posible hipotermia. Pero al mismo tiempo la indumentaria debe ser cómoda y permitir la movilidad para que no exija un esfuerzo adicional a la hora de realizar una tarea al aire libre.
Es importante protegerse con varias capas de prendas aislantes del frío, viento y humedad, y que al mismo tiempo permitan la transpiración. Otro factor a considerar es que cumpla con los requisitos ergonómicos de trabajo (movilidad, destreza, campo de visión, etc.) por lo que se deben elegir prendas ligeras y flexibles, para no dificultar los movimientos que requiere la tarea
Es esencial proteger las zonas más expuestas y sensibles al frío, como son la cabeza, el cuello, los pies y las manos. Es necesario cambiarse la ropa cuando esté húmeda para no reducir así su capacidad aislante.
Existen prendas de protección contra el frío que proporcionan un aislamiento suficiente para impedir que el cuerpo pierda calor más rápidamente de lo que lo genera en unas condiciones definidas de temperatura ambiente, humedad relativa, velocidad del viento, nivel de actividad física y tiempo de exposición a las bajas temperaturas.
Estos son algunos ejemplos de Equipos de Protección Individual (EPI´s), según los elementos adversos o el rango de temperaturas ante las que protegen:
- UNE-EN 14058:2004: Ropa para la protección contra el frío ante temperaturas que van de 10 ºC a -5 ºC con resistencia térmica para impedir la pérdida de calor corporal.
- UNE-EN 342:2004: Ropa para la protección contra el frío frente a temperaturas desde -5 ºC hasta -50 ºC. También puede ser permeable al aire.
- UNE-EN 343:2004: Ropa para la protección contra la lluvia. Debe ser impermeable al agua y al vapor de agua.
- UNE-EN 511:2006: Guantes para la protección de las manos contra el frío frente a temperaturas desde hasta -50 ºC.
- UNE-EN 20345/6/7:2004: Calzado para proteger frente al frío y resistente a la penetración y absorción al agua. Puede incorporar adicionalmente el aislamiento del piso completo.
- UNE-EN 397:1995: Cascos de protección para la industria y resistencia a la perforación frente a -20 ºC a -30 ºC
- UNE-EN 443:1998: Cascos de protección para bomberos -20 ºC, -30 ºC ó -40 ºC
También existen EPI´s para la protección ocular y facial que resisten el impacto de partículas a gran velocidad a temperaturas extremas.
La conducción con nieve o hielo, otro riesgo laboral ante el frío
Los accidentes de circulación “in misión” o “in itínere” son la causa de una de cada tres muertes en accidente laboral. Si ya el uso del coche supone un riesgo laboral por sí mismo, con las condiciones climatológicas adversas este riesgo se incrementa exponencialmente.
Cuando la temperatura baja de los 4 °C, la mayoría de nuestros coches nos avisan con un mensaje del tipo “¡Atención, peligro de hielo!”. Este mensaje nos está advirtiendo que tengamos especial cuidado en zonas de la carretera donde pueden surgir placas de hielo.
Cuando la adherencia es baja, con nieve o hielo sobre el asfalto, se debe circular con la marcha más larga posible: al ir con una marcha más larga, no se llega a alcanzar el límite de adherencia de la vía de forma tan fácil y evitamos que los neumáticos se deslicen y perdamos el control.
Cuando haya que disminuir la velocidad, lo más importante es usar el freno motor siempre que se pueda, reduciendo suavemente a marchas más cortas. En caso de tener que recurrir al pedal de freno, hay que hacerlo de forma suave, de menos a más, y salvo en caso de extrema necesidad, no pisarlo a fondo.
A pesar de que observemos estos consejos, cuando las vías de circulación tienen acumulada tanta nieve como la que hemos visto en los últimos días en algunas de nuestras ciudades, lo más prudente es dejar el coche en casa y optar por otras formas de transporte.