La digitalización está hoy en boca de todos los
directivos y es habitual escuchar o leer que una organización
está inmersa en un proceso de
transformación digital. Sin embargo,
¿qué significa en la práctica esta transformación? Esta es una pregunta que no
solo se hacen los profanos, según corrobora la última edición del Operational
Excellence Index de Sphera. En esta investigación anual, el 69%
de las empresas participantes, pertenecientes a industrias como la petrolera,
la química o la gasista, afirma estar dando sus primeros pasos en
transformación digital, pero más de la mitad reconoce que todavía están
tratando de averiguar en qué consiste exactamente ese concepto.
Las
oficinas de transformación digital, una interesante iniciativa de Red.es
En España,
para facilitar el proceso de digitalización de las pequeñas y medianas empresas
que aún se mueven en modo analógico, se han puesto en marcha las Oficinas de Transformación Digital. Este mes de marzo, por ejemplo, se inauguraba en Castilla y León la oficina número 34, dentro
de un programa dotado con 5 millones de euros a cargo del Fondo Europeo de
Desarrollo Regional (FEDER) y cofinanciado por el Programa Operativo de
Crecimiento Inteligente (POCInt).
La transformación digital es clave para ser
competitivos
Al hilo de
todas estas noticias que leemos cada día en los medios, el debate acerca de qué
es y qué no es la transformación digital sigue abierto. En lo que sí que hay
consenso es en que se trata, más que de un fin en sí mismo, de un viaje
permanente en el que pueden encontrarse dificultades para su implantación, pero
sólo de forma pasajera. Y es que la digitalización no es una opción ni tampoco
una moda; ha
venido para quedarse. La razón es poderosa: la transformación digital es clave
para la competitividad. Es este fenómeno el que va a permitir a las compañías e
instituciones conseguir la excelencia operativa al ayudarlas a recortar gastos,
mejorar la productividad y ser más eficientes en su actividad.
La
mera implantación de la tecnología no es sinónimo de transformación digital,
pero sin ella no sería posible la automatización y digitalización de muchos de
los procesos y flujos de trabajo que se están realizando en las organizaciones.
Así pues, la incorporación de las nuevas tecnologías es indispensable para
acometer la transformación digital. En el caso de Nalanda, disponemos de una
plataforma propia para gestionar toda la documentación necesaria en la
Coordinación de Actividades Empresariales (CAE).
La factura electrónica, uno de los primeros
pasos en la digitalización
Precisamente
el término digital alude al uso de la tecnología que produce, almacena y
procesa los datos. Por ejemplo, la factura tradicional ha dado paso a la e-factura que tiene muchas
ventajas para los departamentos de administración: su gestión ahorra tiempo,
reduce errores gracias a que mejora la calidad del dato, se puede integrar en
el ERP de la compañía, está certificada por la AEAT, reduce el impacto medio
ambiental y nos proporciona una importante información sobre la frecuencia de
transacciones, métodos y plazos e pago, etc. De hecho, para contratar con la administración
pública es un la facturación electrónica es requisito obligatorio desde que se
promulgó la Ley 25/2013.