El vino es la cosa más civilizada del mundo, decía Hemingway…
Y razón no le faltaba cuando decía esto. Pero hoy no hemos venido a hablar del escritor estadounidense o del vino como tal, sino de ese elemento que luego se transforma en jugo, las uvas.
Comerlas, las habrás comido en otras ocasiones que no sean 31 de diciembre, sabiendo lo que significa el ritual de comerse las 12 uvas para despedir el año y dar paso al nuevo que entra. Pero tampoco venimos a hablar de ritos o tradiciones españoles de la uva sino de ciertas propiedades que tiene comer este tipo de fruta.
¿Sabías que comer uvas equivale a hacer deporte?
No nos tomemos el titular al pie de la letra, pero en gran medida sí. Y todo es gracias al resveratrol (sustancia química que se encuentra principalmente en las uvas rojas y en los productos elaborados a partir de estas uvas).
Algunos de los beneficios de esta sustancia pueden ser:
- Expansión de los vasos sanguíneos
- La reducción de la coagulación de la sangre
- Disminución del dolor y la hinchazón
- Reducción de los niveles de azúcar en sangre
- La lucha contra las enfermedades
Eso sí, hay que tener en cuenta que su uso debe ser moderado cuando se ingiere tanto por vía oral, cutánea o nariz, ya que puede producir malestar si se excede la cantidad recomendada (hasta 1500 mg al día durante un máximo de 3 meses).
Bien de melatonina
En la piel de la uva abunda la melatonina, una hormona que también produce el cerebro humano y que regula los ciclos de sueño, aumentando al llegar la noche. Eso explica por qué el vino produce somnolencia.
¿Uvas como protector solar?
Tomar el sol es más seguro si se consume esta fruta, aunque estemos entrando en el otoño, siempre hay que protegerse de los rayos del sol. Es conveniente el refuerzo ante los rayos ultravioleta con alimentos como las uvas ya que contienen compuestos antioxidantes, llamados flavonoles, que se encargan de proteger a las células de la piel frente a este tipo de exposición.
¡Diabetes alert!
Si incluimos este alimento en nuestra dieta, reducimos el riesgo de padecer diabetes, tal y como se ha demostrado en una publicación hecha por científicos de la universidad de Harvard, en la revista British Medical Journal, tras realizar un seguimiento a cerca de 200.000 sujetos. Esta fruta reduce en un 23% el riesgo de ser diabético si se consume unas dos veces por semana.
Teniendo en cuenta todas estas propiedades y que constituye uno de los pilares en nuestra dieta mediterránea, os animamos a potenciar su consumo porque como dice el títullar, uvas con queso saben a beso.
Ah y estamos de suerte porque es la mejor época para su consumo.