Sin embargo, el estado de alarma que paralizó la mayoría de las actividades durante dos semanas y el parón general de la actividad económica ha hecho que muchas de las inversiones y licitaciones públicas se hayan ralentizado, frenando en seco esa recuperación que se había iniciado en el año 2014.
Aún así, estamos hablando de una actividad que mueve en España 130.000 millones de euros y que ha llegado a facturar casi el doble en tiempos de bonanza. Por eso son muchas las voces que sugieren que si cuenta con los apoyos necesarios, el sector de la construcción puede ser uno de los que actúen como locomotora de la actividad productiva e impulsen la recuperación económica tras la crisis sanitaria.
El sector de la construcción es amplio y diverso por todas sus actividades auxiliares: incluye a industrias relacionadas con la fabricación de materiales de construcción, a la distribución y comercio al por mayor de materiales, la red de almacenistas que surten al sector, así como el mercado del alquiler de maquinaria para la construcción y la obra pública. Es decir, hablamos de un sector que mueve millones de puestos de trabajo directos e indirectos.
Medidas a desarrollar: es necesario un plan de actuación estatal y local
Pero para que este sector sea el motor de la actividad económica es necesario un plan de recuperación por parte del Gobierno y de las administraciones locales que contemple las medidas y recursos necesarios para acelerar su actividad. Además, serviría para arrastrar a otros sectores industriales, pues el 90% de los materiales que se utilizan en la construcción se producen en España. Se calcula que la construcción genera una actividad de 1,92 euros por cada euro invertido.
La construcción sufrió un desplome del 17,1% durante la quincena negra pero desde abril ha comenzado a recuperarse a un ritmo del 10%. Y si en el mes de marzo entraron en ERTE 150.000 trabajadores, poco a poco se han ido reincorporando y prácticamente ya están trabajando los mismos trabajadores que en febrero.
Curiosamente, tras el confinamiento fueron muchas las personas que se plantearon hacer reformas en su hogar para encarar períodos de reclusión como los que nos ha tocado vivir. También muchos bares y restaurantes optaron por reformar sus locales, poner terrazas y dotarlos de las medidas de seguridad que impuso la nueva normativa. Todo ello, aunque no fuesen proyectos de gran envergadura, sí que ha servido para reactivar una parte de la actividad.
Pero para que el sector recupere las cifras de antaño es necesario que se incremente la obra pública, tanto de la administración central, como la de comunidades y ayuntamientos; al tiempo que se den facilidades por parte de estas administraciones para fomentar la iniciativa privada en promoción de viviendas y otro tipo de proyectos.
Las organizaciones patronales y los sindicatos reclaman un plan de reactivación y de desarrollo de 157.000 millones de euros para el período 2021/2030 que podría generar más de dos millones de puestos de trabajo y un volumen de negocio de 77.000 millones.