¿Cuál es la función de un prevencionista de riesgos?

Decía Kierkegaard  que “La vida sólo puede ser entendida mirando hacia atrás, pero tiene que ser vivida hacia delante”. Si echamos la vista atrás, en España hace 30 años no había apenas cultura de prevención laboral. Y, sin embargo, durante los últimos años se ha avanzado mucho en este campo. Pero podemos ir más allá y preguntarnos, ¿cómo será el trabajo del prevencionista de riesgos laborales en el futuro?

Un punto de inflexión importante en la gestión de los riesgos laborales fue la aprobación de la Ley 31/1995, a partir de la cual se instaló en nuestro tejido empresarial una cultura preventiva que ha ido extendiéndose tanto entre el empresariado como entre la población trabajadora.

A raíz de esta ley, que tiene casi 30 años, se produce un cambio de paradigma por el cual las empresas están sujetas a una normativa que contemple todos los posibles riesgos a los que se expone un empleado en el desempeño de su trabajo.

Hace dos décadas empezaron a surgir los grandes cambios tecnológicos como “internet de las cosas”, la revolución digital, el uso de la inteligencia artificial y otros avances que fueron cambiando los modelos de producción y que afectaron a los entornos laborales.

Surgen nuevas ocupaciones, nuevos lugares de trabajo y, con ello, nuevos riesgos. La evolución tecnológica también genera nuevos sectores de actividad que requieren medidas preventivas que se adapten a la nueva realidad. Este cambio de paradigma con el aumento del teletrabajo, por ejemplo, implica una serie de riesgos psicosociales antes no contemplados.

El teletrabajo ya existía antes de la pandemia como una posibilidad que desempeñaba un porcentaje muy bajo de la población laboral. Como “efecto secundario” de la COVID19 una gran parte de la población ha pasado al teletrabajo o a un sistema híbrido (casa/ oficina) que plantea nuevos retos para los trabajadores cuando trabajan desde su domicilio.

Los nuevos retos en PRL: en busca de la excelencia preventiva

Hace 10 años “ZERO ACCIDENTES” era poco más que una utopía. Pero en la última década el trabajo del prevencionista ha ganado peso en las organizaciones y forma parte importante de la responsabilidad social de las empresas. Ya no es suficiente colgarse una etiqueta de que hemos implementado una cultura preventiva; hay que demostrarlo con datos. Y si no alcanzamos ese utópico “ZERO ACCIDENTES” o la cultura 5Z, al menos debemos acercarnos lo más posible a ese dato.

Hoy, el objetivo principal en PRL ha pasado a ser la excelencia preventiva. La salud laboral y el bienestar de las personas afectan a su vida familiar, por lo que una gestión eficaz de estos ámbitos se verá reflejada de forma positiva en la productividad de cada trabajador.

Cómo serán los futuros prevencionistas de riesgos laborales

En los últimos años ha ido emergiendo un nuevo perfil en las empresas: los jóvenes que se han subido de forma natural al “tren tecnológico” y que tienen una filosofía que mira más a la responsabilidad social que sus predecesores. En consonancia con esta tendencia podemos preguntarnos, ¿cómo será el trabajo de los futuros prevencionistas de riesgos laborales?

Es ley de vida: la irrupción en el mercado de los millennials y los jóvenes de la generación Z , todos ellos nacidos antes de 1980, irá desplazando gradualmente a los baby boomers y a la generación X, de los puestos de responsabilidad en las empresas.

Serán, por tanto, los representantes de esas nuevas generaciones quienes estén al cargo de la vigilancia de la seguridad y la salud en las organizaciones en el futuro.

Quienes ahora ocupan estas responsabilidades tienen un perfil profesional muy diferente a las nuevas generaciones:

• Son conservadores y ordenados
• Con un enfoque en la preparación académica
• Han sido analógicos en su niñez y se han digitalizado en su fase adulta
• Se adaptan a los cambios tecnológicos
• Tienen gusto por las manifestaciones culturales

Mientras que los millennials y zillennials, por su parte,  son:

• Emprendedores
• Multitareas
• Con habilidad para el manejo de las nuevas tecnologías
• Con cierto rechazo a los medios tradicionales
• Muy participativos en las redes sociales
• Generadores de nuevos contenidos.

Pues bien, en muy pocos años estos últimos  representarán tres cuartas partes de la fuerza laboral y el impacto de su incorporación afectará a todos los sectores, incluido por supuesto el de seguridad y salud laboral,  pues ellos serán los nuevos decisores en esta materia.

Qué habilidades debe tener un líder en cultura preventiva

¿Y cómo será el trabajo del prevencionista de riesgos laborales en el futuro? Los nuevos líderes en SST deberán dominar la comunicación, una característica imprescindible. Pero también deben tener otros rasgos a destacar, como son la responsabilidad social y la coherencia, sin olvidar la importancia de que tengan capacidad de análisis de métricas y ser dominadores de la “economía de los datos”. Deben actuar como modelo y espejo en el que se miren el resto de los trabajadores.

El estilo de liderazgo que acabará imponiéndose de forma natural en temas de seguridad laboral será el de tipo “coach”; es decir, aquel que detecte y fomente los puntos fuertes de cada trabajador y desarrolle estrategias que capitalicen esas fortalezas individuales y las pongan al servicio del equipo para optimizar la salud y seguridad laboral.

La sociedad está en constante evolución y la salud de los trabajadores y su prevención deben ir de la mano de los cambios que se produzcan en el entorno. Vivimos en un mundo en constante evolución y el trabajo de los prevencionistas en riesgos laborales deberá adaptarse a este nuevo escenario.