Este año la Navidad va a ser atípica, como lo está siendo todo desde que el coronavirus irrumpió en nuestras vidas. Por ello, las jornadas con comidas y cenas copiosas que solían comenzar en estas fechas con múltiples celebraciones de empresas y amigos, y que culminaban en el periodo navideño, serán este año mucho más escasas y reducidas. Además, tendremos que ser cautos para hacerlas seguras: distancias de seguridad, prevención en todo lo que sea posible, etc.
No obstante, aunque solo podamos reunirnos en pequeños grupos, aprovecharemos al máximo para compartir las fechas que se avecinan con nuestros amigos y familiares. Y en todos estos encuentros la comida juega un papel fundamental para que estas reuniones nos dejen plenamente satisfechos.
Solemos llegar a estas ocasiones con ganas de darnos opíparos banquetes y pensando que, comiendo más, vamos a disfrutar el doble; y no es así. Ardores, indigestión, hinchazón, digestiones pesadas y, en ocasiones, resaca por el exceso de alcohol. ¿Te suena? En este artículo puedes ver los síntomas más frecuentes de una indigestión.
Este año, con la situación que estamos viviendo, puede ser una buena ocasión para que procuremos cuidar nuestra salud e intentar evitar todas estas molestas consecuencias de las comidas abusivas. Sin renunciar a paladear nuestros platos preferidos o darnos algún capricho, si seguimos algunos consejos puede que comamos mejor y de forma más sana durante estos días.
Comer por placer: saborea, mastica y disfruta
Si vamos a mesa puesta, es muy útil seguir el dicho que se le ha atribuido a Gandhi: ‘come como si bebieras y bebe como si comieras’. Es decir, presta atención al resto de elementos de tu entorno para que la experiencia sea completa, y no te obsesiones con la comida. Disfruta de la compañía, escucha, habla y mastica lo máximo posible. Bebe a pequeños sorbos, paladeando la bebida y apreciando su sabor antes de tragarla.
Cuando comemos por placer y no por necesidad, precisamente el placer no está en llenar el estómago, sino en el tiempo que degustamos el alimento en la boca. En estas ocasiones, además, solemos tener la oportunidad de degustar manjares poco habituales en nuestro día a día, por lo que hemos de ser conscientes y deleitarnos con ellos todavía más.
En gastronomía: mejor menos, pero de más calidad
Cuando seamos nosotros los encargados de la gastronomía festiva, podemos guiarnos por la máxima ‘menos es más’. Comprar menor número de productos, pero que sean de mayor calidad, para que podamos saborearlo más e incluso nos creen un recuerdo que perdure en el tiempo. En vez de varias tabletas de turrón de marca blanca, una de calidad y artesanal; pescado y marisco en lugar de una ración grande de carne; algo de buen queso artesano y/o frutos secos y frutas escarchadas en lugar de un postre navideño industrial, etc.
Ya lo sabes: esta Navidad, pon el foco en disfrutar con los tuyos y que la comida sea un medio para mejorar la experiencia, pero no un fin.