En los últimos años y, especialmente este verano, se ha ido haciendo cada vez más y más evidente la magnitud de las consecuencias que tienen las altas temperaturas. Cada día más cerca de alcanzar un punto de no retorno, se hacen notables las consecuencias del cambio climático.
En lo que llevamos de 2022, las muertes atribuibles a las altas temperaturas alcanzan las 4.880, superando en 1.304 las del año 2021 según el MoMo (sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas). Las altas temperaturas no solo son las causantes de golpes de calor que pueden llevar a un fallecimiento repentino. Estas contribuyen a los despistes y descuidos en el ámbito laboral, generando más complicaciones para ciertos trabajos, especialmente los sectores de la agricultura y la construcción.
A pesar de que la Ley de Riesgos Laborales no hace mención específica de medidas ni obligaciones para afrontar la situación actual y los límites de temperaturas solo afectan a los interiores según el Real Decreto 486/1997 de Seguridad y Salud en el Trabajo, los sindicatos sí que están alzando la voz sobre el asunto.
Las empresas deberán tomar medidas preventivas por altas temperaturas
En la actualidad, las medidas dependen del sector y la ubicación geográfica. La toma de medidas de prevención para evitar los accidentes por las altas temperaturas es cada vez más importante porque estas olas de calor van a ser cada vez más habituales.
Por ello, no es una predicción muy disparatada decir que, en un futuro próximo, las empresas estarán obligadas a tomar decisiones preventivas. Por eso, quiénes empiecen desde ya a plantear soluciones y alternativas estarán un paso por delante de los demás.
Los principales efectos físicos de un golpe de calor
Un golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, ya sea por realizar grandes esfuerzos bajo altas temperaturas o por exponerse al sol durante mucho tiempo. Se suele establecer a partir de que el cuerpo alcanza los 41ºC y hay diversos síntomas que alertan de la situación:
- Alta temperatura corporal (41ºC)
- Piel caliente y/o enrojecida
- Pulso acelerado y fuerte
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Nauseas
- Confusión
- Pérdida del conocimiento (desmayos)
Todos estos son claros indicativos de que se avecina un golpe de calor, aunque estas señales también aparecen cuando sufrimos episodios de agotamiento por calor, más leves que los golpes. Con ello, los síntomas varían muy ligeramente ya que se incluyen los calambres musculares, el cansancio y debilidad corporal y la piel fría, pálida, húmeda y pegajosa.
Soy trabajador: ¿Qué medidas puedo tomar para prevenir un golpe de calor?
En función de los síntomas que tengan, los trabajadores afectados por calor pueden reaccionar de una manera u otra. Por ejemplo, si empiezan siendo síntomas leves, lo principal sería resguardarse en un lugar fresco- como mínimo mantenerse bajo una sombra-, hidratarse constantemente bebiendo agua u otra bebida isotónica, llevar ropa fresca que proteja del sol y posibles erupciones cutáneas, y buscar una manera de enfriar el cuerpo (los paños de agua fría en las axilas, en el cuello y en la cabeza son un ejemplo de remedio rápido y eficaz para ello).
Con esta información, es importante recordar que las recomendaciones de los expertos incluyen que, ante la persistencia de alguno de estos síntomas durante más de una hora, su empeoramiento o la aparición de vómitos, se debe buscar atención médica de inmediato, preferiblemente llamando al 112.
Soy una empresa: ¿Qué medidas puedo tomar para prevenir los golpes de calor de mis trabajadores?
A pesar de que la medida más importante corra a cuenta del empleado, las empresas también tienen un papel fundamental en lo que ocurra, ya que es su deber cuidar del bienestar de sus trabajadores en horario laboral.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo junto con el Ministerio de Trabajo e Inmigración proponen una serie de medidas preventivas generales en relación al calor en el trabajo.
Medidas preventivas generales
- Formar a los trabajadores. No todos tienen información veraz y necesaria, por ello es importante formarles correctamente para que reaccionen a tiempo. Es comparable con los simulacros de incendios: los empleados saben que hay que abandonar el edificio, pero, la empresa gestiona la evacuación para mantener una coordinación y asegurar la cooperación de todos los individuos.
- Disponer de sitios de descanso frescos. Si el trabajo se realiza en exteriores. Asegurar que el jefe de equipo encuentre una sombra para todos los trabajadores es una posible alternativa.
- Eliminar o reducir la emisión de humedad o el esfuerzo físico excesivo. Es decir, aprovecharse de la maquinaria pertinente para descartar todo esfuerzo innecesario en las horas de más calor.
- Disponer de agua fresca. Asegurarse de que hay una fuente de agua fresca para todos en todo momento es imprescindible.
- Organizar el trabajo con el fin de reducir el tiempo o la intensidad de la exposición al calor. Escoger el mejor horario, mayor esfuerzo en horas de menos calor, y coordinar las pausas estratégicamente, rotar a los trabajadores, etc.
- Cuidar la alimentación. Comer mucha cantidad o con mucha grasa, beber alcohol, cafeína o bebidas azucaradas puede dar una sensación positiva en un comienzo ya que da “energía”, pero no es así. Este hábito produce pesadez en el cuerpo y dificulta ciertas actividades. Ante todo, recurrir a agua, frutas y verduras.
- Ropa adecuada. Ha de ser fresca, suelta, de colores claros (debido a que refleja el calor) y que proteja nuestra piel, en concreto, la cabeza.
Aunque estas medidas no sean todavía requisitos obligatorios, son muy necesarias y cada vez más solicitadas por la sociedad en su conjunto.
En Nalanda, trabajamos para más de 500 contratistas y 57.000 proveedores de todos los sectores en la prestación de servicios tecnológicos para la gestión de la cadena de suministro, sabemos que las altas temperaturas y sus efectos en el ámbito laboral preocupan a las empresas.
De hecho, hemos incorporado a nuestra cartera de servicios un software pensado para la gestión colaborativa en Prevención de Riesgos Laborales que mejorará la actividad preventiva en este y el resto de los ámbitos de actuación de los prevencionistas en las organizaciones.
El interés público ante las olas de calor vividas este verano ha llevado ya a tomar conciencia a las compañías, e incluso a solicitar a sus proveedores garantías de prevención para evitar golpes de calor y otros problemas de salud laboral derivados de las altas temperaturas.
Son los primeros pasos para mejorar la gestión de PRL y conseguir cadenas de suministro más seguras y saludables.